Cuando el cuñado opina sobre RRHH.

En el mundo laboral, es común encontrarse con individuos que se autoproclaman como expertos en Recursos Humanos (RRHH), aunque su experiencia y conocimientos en este campo sean limitados o incluso inexistentes (ingenieros, perfiles de Marketing, administración, periodistas, técnicos de laboratorio, etc.). Estos «cuñados expertos en RRHH» suelen ser la voz predominante en las conversaciones sobre el ámbito laboral, sin importar el tema de discusión, ni su conocimiento real. Sin embargo, es importante cuestionar esta tendencia y reflexionar sobre el valor real que aportan estas opiniones. ¿Te imaginas a la gente de RRHH hablando sobre cómo debe construirse una vivienda? ¿O de que forma se debe operar el talón de Aquiles siendo lo menos invasivo para el paciente? ¿O si es mejor utilizar EPLAN o ELCAD para diseñar circuitos eléctricos? seguramente aparecería algún experto poniéndolo en su sitio.

¿Por qué se ha vuelto tan frecuente escuchar a personas ajenas al departamento de RRHH opinar y criticar sobre temas relacionados con la gestión del talento humano? La respuesta puede residir en la percepción errónea de que la gestión de recursos humanos es una tarea sencilla y que cualquiera puede hacerlo. Sin embargo, este enfoque simplista obvia la complejidad y la importancia estratégica de la función de RRHH dentro de una organización.

Es fácil caer en la trampa de criticar a los profesionales de RRHH sin comprender realmente las complejidades de su trabajo. Pero ¿Qué ganamos con ello? Más allá de desviar la atención de los propios errores y deficiencias, esta actitud solo contribuye a crear un ambiente de desconfianza y desprecio hacia un departamento vital para el éxito organizacional.

Es momento de desafiar esta mentalidad y enfocarnos en lo que realmente importa: la excelencia en nuestras propias áreas de especialización. En lugar de desperdiciar energía criticando a quienes trabajan en RRHH, deberíamos concentrarnos en mejorar nuestro propio desempeño y contribuir de manera positiva al éxito de la empresa desde nuestras respectivas posiciones.

Es fundamental recordar que cada departamento y cada posición dentro de una organización enfrenta sus propios desafíos y errores. En lugar de señalar con el dedo a los demás, deberíamos dedicar tiempo y esfuerzo a reflexionar sobre cómo podemos mejorar y aportar valor desde nuestra propia experiencia y conocimientos.

En resumen, es hora de dejar atrás el estereotipo del «cuñado experto en RRHH» y centrarnos en ser verdaderos expertos en nuestras propias áreas. La excelencia se alcanza a través del compromiso, la dedicación y el continuo aprendizaje en nuestro campo de especialización. Entonces, en lugar de buscar defectos en los demás, busquemos oportunidades para crecer y destacar en lo que realmente importa: nuestra propia excelencia profesional.

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