Tres de cada cuatro españoles no son felices en su trabajo y un 27 por ciento piensa dejarlo en 2022.

Para muchas personas el inicio del fin de la búsqueda de empleo se sitúa en las entrevistas presenciales (a más entrevistas, más optimismo y más cerca se ve la meta). Pero para algunas personas esa fase es desesperante, nadie nace entrenado en saber realizar una entrevista, vemos al entrevistador como un «fiero perro guardián» una especie de moderno «can Cerbero» que nos puede permitir entrar a esa compañía y ser un refuerzo para nosotros, o cerrarnos las puertas a esa posición tan deseada.

Lamentablemente, muchas veces somos nosotros mismos los que echamos a perder una buena oportunidad. Tenemos el mejor C.V., la marca personal desarrollada, el mensaje claro, y además esa posición nos encaja perfectamente. En esos minutos de los que puede depender tu futuro laboral no debes cometer errores, ni en los pequeños ni en los grandes detalles. Así que os voy a recordar y facilitar algunos consejos que muchos ya conoceréis, otros ya aplicáis y quizás para alguno sea algo que jamás se había planteado. algunos «tips» o consejos que pueden marcar la diferencia en un proceso de selección son:

– Descuidar la entrevista telefónica (la entrevista presencial siempre es la segunda impresión, la primera es telefónica, tienes que saber encantar en 5 minutos).

El seleccionador puede recibir para una misma posición 300 Currículos, de esos 300 quizás llame a los 40 que más le encajen y de esos 40 quizás entreviste a unos 10. Como puedes ver los números son bajos, por lo tanto debes poder crear una muy buena impresión en esa primera llamada.

-Llegar sin los deberes hechos (investigar sobre la empresa, producto, resultados, misión, valores, estrategias de crecimiento, etc.). Es muy fácil saber en una entrevista si el candidato conoce o no la compañía y por lo tanto saber el nivel de interés real que puede tener en ella o si simplemente es una oportunidad más de trabajo o incluso se plantea esa oportunidad como algo cortoplacista.

-Causar mala impresión por vestimenta y modales (una entrevista no es una reunión de colegas, es algo muy importante para el que busca trabajo y para los que buscan incorporar). Aquí nos referimos a la vestimenta según el puesto y código de empresa, nivel de higiene adecuado.

Hay estudios realizados por la Universidad Ben-Gurión del Néguev, en Israel, que demuestran que ir bien arreglado a una entrevista puede mejorar hasta un 45% las opciones de crear una mejor impresión al entrevistador.

Dentro de este punto quiero también resaltar la apatía o el llegar tarde a una entrevista, denota claramente una falta de interés por la posición y una falta de respeto hacia el interlocutor.
– Interrumpir al interlocutor (a los entrevistadores les interesa que hables y mucho, tienen dudas y quieren resolverlas… deja que hablen y que pregunten, tendrás mucho tiempo para responder o ampliar información, pero no les interrumpas). De la misma manera tampoco es un interrogatorio, no hace falta responder con frases cortas o monosílabos.
-Hacer demasiadas preguntas al comienzo (es normal tener dudas sobre funciones, horarios, salarios, etc.) Normalmente un proceso de selección consta de diferentes fases, es normal que la compañía no te de todas las respuestas en la primera entrevista (incluso puede ser que salgas con más dudas). Espera a que el entrevistador te pregunte si tienes duda o preguntas o incluso manda un correo post entrevista con las dudas que hayas podido tener durante la entrevista.

– No conocer tu propio currículum.
Denota que algo no va bien cuando el candidato tiene que ir recordando las fechas o el tiempo que trabajó en un puesto (sobre todo en los últimos 6 años), incluso no recordar el nombre de sus antiguos jefes o empleadores.

– Criticar a la empresa o jefes anteriores. Todos hemos tenido un responsable tóxico o entornos tóxicos, y hemos cometido el error de entrar en una compañía que a priori parecía maravillosa, pero ante todo jamás hablar mal de compañías anteriores, hay muchas maneras de decir educadamente que tu jefe era un idiota sin decirlo (diferencias estratégicas insalvables, cambio de valores de la compañía, etc.)

– Mantener el teléfono en silencio y guardado (aclarar que en modo vibración no es silencio). Si suena el teléfono disculparse y apagarlo al momento, no hace falta decirle al seleccionador que «ya devolverás la llamada más tarde», no valorará tu generosidad, y seguramente será contraproducente.
-Ser consciente de los tiempos. No es aconsejable que al terminar la entrevista ya estemos pidiendo un feedback o suplicando por alguna respuesta. A pesar de que esta parte es la que más cuesta a mucho seleccionadores apáticos, ya que deberían dar un feedback a todos los candidatos entrevistados o contactados. Normalmente un proceso de selección puede durar entre 2 semanas y 2 meses, por lo tanto debemos saber esperar y no presionar excesivamente al seleccionador, a veces son muchas las personas que intervienen en el proceso de selección.
Recuerda en tu próxima entrevista poner en práctica lo comentado, ya que tu % de éxito acaba de aumentar.
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